Todo el mundo tiene su Moncada
A principios de 1968 Haydee Santamaría nos reunió a Noel Nicola, a Pablo Milanés y a mí, para decirnos que la Casa de las Américas quería hacer un disco de homenaje al asalto al cuartel Moncada, hecho inaugural de la Revolución. Pero no es fácil cantar a un suceso del que sólo se sabe por la prensa. Este ha sido el punto que toco cada vez que me han pedido una canción sobre lo que he escuchado contar a otros (años más tarde este argumento fue mi pasaporte a la guerra de Angola). Dándose cuenta de que llevábamos razón, Haydee nos invitó a su hogar y durante días nos habló de aquellos hechos históricos de los que había sido protagonista. Lo esencial de su plática fue que ella no nos habló como el icono revolucionario que era, sino con la confianza de una amiga. Su sencillez y su franqueza nos enseñó que las epopeyas las escriben hombres y mujeres de carne y hueso. Comprender que la historia podía ser protagonizada por personas de aspecto común fue lo que me hizo ver que “Todo el mundo tiene ―o podría tener― su Moncada”.
Silvio Rodríguez (Érase que se era)
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